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Los viajes largos pueden servir para unir más a la familia. Son la excusa perfecta para pasar unas horas jugando juntos, charlando, que los niños descubran nuevos lugares. Pero el problema está cuando va pasando el tiempo y los niños cada vez se van poniendo más nerviosos porque quieren llegar al destino cuanto antes. Te vamos a dar una serie de consejos que pueden resultar de mucha ayuda para que los viajes de placer no se conviertan en una pesadilla.
1 Mucho espacio.
Uno de los planes infalibles es contar con un coche en primer lugar seguro, con un espacio interior amplio y bien equipado tecnológicamente así como con una buena conectividad. Estas características facilitarán mucho las cosas. Tener una buena provisión de dvds con sus películas favoritas será una de las mejores ideas para que el viaje se convierta en un tiempo de placer para ellos. La prioridad es que estén tan cómodos como si estuvieran en casa pero con un bonito paisaje a su alrededor.
2 Viajar de noche.
Se recomienda hacer los viajes largos de noche. Los niños estarán más cansados y tendrán mucha más facilidad para dormirse que si se acaban de levantar por la mañana. Además, suelen marearse menos cuando van dormidos.
3 Mantenerlos entretenidos.
Como decimos, cuando el niño esté despierto durante el trayecto, intenta que siempre esté entretenido. Jugar a juegos juntos, cantar canciones, ver una peli o charlar con ellos les mantendrá distraídos un buen rato.
4 Cuidado con la comida.
No es recomendable que viajen con el estómago lleno ya que puede provocar mareos o indigestiones. Controla todo lo que comen.
5 Paradas necesarias
En los trayectos largos se recomienda hacer paradas cada dos horas. El conductor podrá despejarse y a los niños les vendrá fenomenal para ir al baño, estirar las piernas y que les de un poco el aire para retomar de nuevo el viaje con ganas. Si puedes, aprovecha los pueblecitos del camino para descubrir nuevos lugares y que así el viaje se convierta en una experiencia divertida y educativa.
6 Cuidar olores y temperatura.
Los olores intensos así como las temperaturas extremas como por ejemplo, poner el aire acondicionado muy alto o la calefacción demasiado tiempo, pueden ser perjudiciales para tener un viaje tranquilo. Propician los mareos y el malestar así que intenta que la temperatura dentro del vehículo sea la adecuada para que estén cómodos durante todo el trayecto.
Viajar es vivir y los niños guardarán en su memoria esos viajes memorables. Por supuesto, si sigues estos consejos no lo recordarán como una experiencia negativa, sino como el viaje que estrechó más sus lazos familiares.
